A propósito de la fecha de día de muertos es apropiado hablar de lo que menos se toca, aunque sea motivo de festejo en nuestro país, de la muerte.
Es un tema delicado desde el hecho de que no hay palabras para describir lo que es la muerte, cuando digo que no hay palabras es porque todo aquello que se siente, se piensa, se sufre, no hay manera de explicarlo y que abarque totalmente ese sentimiento.
¿Por qué no se puede apalabrar la muerte? La razón es porque cuando alguien muere deja un vacío. Este vacío es algo que no se puede llenar, se cree que se llena, pero realmente no es así. Una prueba de esto es que al recordar a la persona sentimos extrañeza, tristeza, dolor, etc.
¿Cómo puedo superar la muerte de un ser querido? No se puede superar, se vive con ello. Para esto es importante mencionar las etapas de duelo:
1. Negación.- Se inicia negando que la persona ha muerto.
2. Enfado, indiferencia o ira.- Sentimientos encontrados donde la culpa aparece.
3. Negociación.- Hacer tratos para que esto no suceda aunque se sabe que es imposible. Aquí es donde puede entrar la religión.
4. Dolor emocional.- Aquí aparecen episodios de depresión, cabe subrayar que deben de ser breves, si no ceden hay que ver qué esta pasando.
5. Aceptación.- Última fase donde ya se asume que la muerte es inevitable.
He escuchado personas que dicen ¿entonces para qué voy al psicólogo? La respuesta a esto es porque no es lo mismo aceptar que olvidar. Alguien que se va de nuestras vidas ya sea por muerte, terminación de una relación, o algún otro motivo que cause una separación siempre estará en nuestros recuerdos, pero la forma en que se recuerde es lo que cambia.
Entonces hay que vivir con los vacíos que vamos acumulando en nuestras vidas, sin estos vacíos no seríamos las personas que somos.